Foto: Archivo Con-Vivamos años 90
Por: Edward Alexander Niño Viracachá – Programa de Paces Comunitarias, niñez y juventud
Artículo publicado originalmente en la Edición #3 de la revista La Tintera. Actualizado para esta edición digital.

En los años 1990 del siglo XX las comunidades de los barrios populares de la Zona Nororiental de Medellín ampliaron sus procesos de organización y movilización por la paz en un contexto determinado por el estallido de las violencias del narcotráfico, la urbanización del conflicto armado y la agudización de las problemáticas sociales urbanas. La Corporación Con-Vivamos es una de estas organizaciones populares que han aportado al fortalecimiento de las resistencias sociales frente a la guerra, implementado proyectos de desarrollo local y exigido la generación de políticas públicas territoriales. La Corporación está ubicada en el barrio Villa de Guadalupe, en la Comuna Uno de la zona Nororiental de la ciudad de Medellín. En el 2020, Con-Vivamos celebra 30 años de vida y caminar comunitario.

Con-Vivamos tiene antecedentes en los procesos de organización y movilización comunitaria que se gestaron en los años 70 y 80 para hacer frente a problemáticas como el desplazamiento forzado, el empobrecimiento, la miseria, la exclusión, el aumento de la violencia, la dinámica urbana del conflicto armado y la expansión del narcotráfico. La organización orienta su acción comunitaria con base en Planes trienales de Desarrollo, los cuales son el horizonte estratégico. La propuesta de acompañamiento comunitario se expresa en el desarrollo de procesos territoriales, temáticos y poblacionales.

La organización durante sus 30 años de existencia ha vivido las siguientes etapas: Motivación para la organización barrial 1990 -1991; Sensibilización de la organización comunitaria desde lo comunal, 1992 -1994; Formación y capacitación a organizaciones, y promoción de la planeación alternativa a nivel zonal, 1995 -1998; Organización y movilización comunitaria desde el norte de Medellín, 1999 – 2001; Fortalecimiento de la organización comunitaria para trabajar en red en Medellín, 2002 – 2004; Promoción del desarrollo local y la participación de las organizaciones comunitarias en el presupuesto participativo, 2005-2007; Desarrollo local y derecho a la participación democrática de las organizaciones sociales y comunitarias de los sectores populares de Medellín, 2008 – 2010, Programa Para el Fortalecimiento Comunitario, el Desarrollo Local, los Derechos Humanos y la Vida Digna, 2011 -2013; Defensa del territorio y vivencia de los derechos humanos para la vida digna, 2014 – 2019. Actualmente, la organización ha ratificado como centro de su planteamiento estratégico la construcción de paz territorial urbana.

Archivo fotográfico de los años 90.

En estos 30 años, Con-Vivamos ha desarrollado procesos pedagógicos y de empoderamiento con diversos grupos sociales, con énfasis en el fortalecimiento de la ciudadanía de niños, niñas, jóvenes, mujeres y liderazgos comunitarios en general. Su propósito político está orientado a la promoción de la participación de los sectores populares en la incidencia y construcción de políticas públicas que redunden en generación de una vida digna, y disminución de las desigualdades y violencias en Medellín, desde un enfoque de género y generacional. En el marco de este recorrido, el presente artículo busca aportar en la identificación de algunos hitos y retos del caminar comunitario de la organización durante la última década.

HITOS Y RETOS DEL CAMINAR COMUNITARIO (2010-2020)

En el marco de apertura de la planeación participativa del desarrollo con las comunidades que devino del establecimiento de mecanismos de participación de la Constitución Política de 1991, en 1996 la Zona Nororiental inició un proceso de Planeación Alternativa Zonal liderado por la Corporación Con-Vivamos. Para el 2006 la organización retomó este proceso y acompañó la construcción del Plan de Desarrollo de la Comuna 1. Así fue como se permitió el consenso entre representantes de organizaciones sociales y comunitarias, las Juntas de Acción Comunal (JAC), la Junta Administradora Local (JAL) y líderes y lideresas que definieron conjuntamente los proyectos de inversión municipal; de esta manera, se orientó la proyección de las decisiones y gestiones del futuro deseado para la Comuna a 10 años. Desde el 2014, la organización viene adelantando una agenda política ligada a la construcción de Ciudades Dignas, desde la cual ha avanzado en la generación de agendas urbano populares en temas como: el avalúo social, la gestión del riesgo, el mejoramiento integral de barrios, la gestión comunitaria del agua y la veeduría comunitaria a las políticas de ordenamiento territorial y protección a moradores.

Actualmente, la organización se encuentra conformando sistemas de gestión comunitaria y realizando convites en barrios populares, además está trabajando en la formulación de escuelas territoriales para dinamizar experiencias de gobernanza local y aumentar la capacidad de los procesos organizativos en políticas públicas territoriales, para la incorporación de estos temas en planes, programas y proyectos de inversión social. Uno de los retos principales es posicionar y viabilizar el Plan de recuperación y reparación integral territorial de barrios populares que se construyó desde el tejido organizativo de la Nororiental como respuesta frente a los impactos de la crisis desatada por la Pandemia del Covid-19 y la prevalencia de desigualdades socioeconómicas y sociales en esta zona de la ciudad.

Archivo fotográfico de los años 90.

En el campo de los derechos humanos, en alianza con diversas organizaciones de la ciudad se han realizado procesos de movilización e incidencia política, así como informes relacionados con la vulneración de derechos de niños, niñas, jóvenes, mujeres, lo cual ha permitido posicionar estos temas en el Concejo de la ciudad, activar el Sistema de Alertas Tempranas y adoptar algunas medidas por parte de la Alcaldía municipal.

En el campo de la niñez y la juventud, desde el 2013, Con-Vivamos impulsó la campaña nacional “Sin Discreción contra la militarización de la vida y los territorios”, que llevó a posicionar las voces juveniles de resistencia a la guerra en varias regiones del país. En el 2014, conjuntamente con la Plataforma Colombiana por el Protagonismo de la Niñez y la Juventud en Colombia, la Corporación acompañó la elaboración y presentación del informe alterno de los derechos de la niñez ante el comité de los derechos de la niñez de Naciones Unidas en Suiza. En este periodo, las juventudes participantes elaboraron una propuesta de Servicio Social para la Paz, como planteamiento alternativo al Servicio Militar Obligatorio.

En temas de niñez, la organización está acompañamiento 9 grupos que convocan 110 niñas, niños y adolescentes de barrios populares de las Comunas 1 y 3 en la dinamización de la Escuela de vivencia de los derechos humanos, la elaboración participativa de informes de derechos humanos resistencias para el Comité de derechos del niño y la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, además de la implementación de los protocolos de prevención del reclutamiento y las violencias sexuales contra niñas, niños, adolescentes y jóvenes. En el ámbito juvenil, se requiere fortalecer las iniciativas de respuesta a la crisis generadas por la Alianza Zonal de Juventudes, quienes se han interesado por la cuestión de las soberanías alimentarias populares, el impulso de campañas para la desnaturalización de las violencias basadas en género, la cultura del cuidado y la salud pública juvenil, el desarrollo de una escuela popular de juventudes, la incidencia en políticas públicas de juventud y la proyección de acciones colectivas como la Fiesta del libro “La Montaña Mágica”.

Archivo fotográfico de los años 90.

Con la formulación del Programa de Atención Integral a las Mujeres en el 2013, la fundación del Centro Comunitario Mario Montoya en el 2015 y el desarrollo de las diferentes ediciones de la Escuela de Feminismo Popular, la organización dio vida a las Agendas Territoriales de Paz de las Mujeres. De la misma forma, se ha desarrollado una escuela sobre derechos de las mujeres y construcción de paz, a través de la metodología diseñada por Con-Vivamos “las Cinco Pieles de la Paz”, con el ánimo de seguir promoviendo las mujeres como gestoras de paz, y hacer seguimiento a los impactos de la implementación de los acuerdos en Medellín.

En este momento, el reto principal en temas de derechos humanos de las mujeres es la territorialización de la Política de equidad e igualdad de género de Medellín, el fortalecimiento de un movimiento de mujeres, jóvenes y niñas populares, para la prevención, atención y eliminación de las violencias contra las mujeres en espacios públicos y privados y el fortalecimiento de iniciativas de paz con enfoque de género. En especial, hay una gran expectativa tanto en el fortalecimiento del liderazgo y el protagonismo de mujeres jóvenes y niñas, como en la generación de estrategias comunicativas que promuevan una ciudadanía que actúe frente a las violencias basadas en género en los barrios populares.

Frente a la construcción de paz, desde el 2012, en el marco del proceso de paz entre el gobierno nacional y las FARC, a nivel nacional, regional y local, se acompañaron procesos de pedagogía, movilización e incidencia política. Se destaca la articulación Memorias en Diálogo, desde la cual se adelantaron ejercicios de recuperación de memorias del territorio, resistencia no violenta y fortalecimiento de iniciativas locales de paz. También se incidió en la generación de políticas públicas locales de paz y la dinamización de instancias de representación desde la sociedad civil en asuntos como el Protocolo de prevención del reclutamiento, uso y utilización de NNA por parte de grupos armados, la inclusión de la dimensión de paz de la Política pública de mujeres urbanas y rurales, y la conformación del Consejo Municipal de Paz de Medellín.

Hoy la organización está dinamizando planes de acompañamiento comunitario y cultural a iniciativas territoriales de paz, desarrollando procesos de reconstrucción colectiva de memorias populares, articulando y posicionando agendas de paz, impulsando estrategias de movilización e incendia en políticas municipales de paz, así como la interlocución en procesos de esclarecimiento de la verdad, justicia, reparación y garantías de no repetición frente al conflicto armado en Colombia y la ciudad. A modo de ejemplo, en 2020, en conjunto con las organizaciones del “Proceso de memoria colectiva y paz territorial de la Zona Nororiental”, la organización acompañó la presentación del informe “El vuelo de las mariposas” ante la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad (CEV) y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), en el que se expresa como más de 6.000 familias de esta Zona de la ciudad han sido afectadas y han resistido ante las diversas expresiones de la guerra urbana. En este aspecto, una de las propuestas más relevantes es la construcción de una Escuela de Paz Territorial, al igual que la incidencia en la formulación de la Política Pública de Paz Territorial de Medellín que impulsará la naciente Secretaría de la No Violencia de la alcaldía municipal.

Archivo fotográfico de los años 90.

Con-Vivamos también ha aportado en la trasformación de la relación de la academia con las comunidades y las organizaciones de base, hoy en día existe un mayor reconocimiento al conocimiento empírico que es de gran valor y proviene de la experiencia de las comunidades. En esta vía, la organización ha logrado ampliar su capacidad para realizar investigaciones en cuanto a: las afectaciones de la carencia de agua potable en las comunidades que habitan las periferias de la ciudad, las metodologías para la apropiación social del conocimiento, las agendas territoriales de las mujeres y su incidencia en la política pública de mujeres, la pedagogía y metodología para el acompañamiento de proceso comunitarios con mujeres de los barrios populares, el avalúo y plusvalía social, las veedurías comunitarias, las representaciones sociales de pobreza, el mejoramiento integral de barrios, la gestión comunitaria del riesgo, la reconstrucción colectiva de la historia y los archivos comunitarios, la comunicación comunitaria, entre otros temas.

Para implementar esta agenda política, Con-Vivamos participa en procesos de articulación municipal, regional y nacional de fortalecimiento del movimiento comunitario. Se resaltan los procesos de articulación con la Alianza para el Desarrollo de la Zona Nororiental, Medellín pa’ dónde vamos, la Veeduría al Plan de Desarrollo de Medellín, la Plataforma Colombiana por el protagonismo de la niñez y la juventud, la Alianza Zonal de Juventudes-Alianza de Soberanías Alimentarias Populares, la Coordinación Zonal de Mujeres, la Mesa Trabajo Mujer de Medellín y la Ruta Pacífica de las Mujeres, la Mesa Voces de Paz, Comunicracia, la Plataforma Puente Cultura Viva Comunitaria y alianzas de diálogos de saberes entre diferentes centros académicos de la ciudad y las comunidades en la Zona Nororiental de Medellín.

De igual manera, la organización promueve alianzas público-comunitarias para el desarrollo de políticas públicas en los sectores urbano populares. Actualmente la organización tiene convenios de cooperación con la Alcaldía de Medellín, mediante las Secretarías de Mujeres, Juventud y Comunicaciones. En su trayectoria, la organización también ha establecido procesos de articulación con el Departamento de Planeación Municipal, las Secretarías de Participación, Cultura, Inclusión Social, Gobierno, Seguridad, entre otras. Desde el movimiento de Cultura Viva Comunitaria, la organización ha acompañado procesos de incidencia en políticas públicas culturales a nivel de ciudad y país, logrando acuerdos legislativos y políticas favorables al sector. Igualmente, Con-Vivamos ha participado en la construcción de la política pública de comunicación comunitaria en la ciudad.

Archivo fotográfico de los años 90.

En el 2021, a partir de este acumulado histórico, político, social y comunitario, la Corporación tiene el reto de responder a la crisis que estamos viviendo como sociedad debido a la agudización del empobrecimiento y prevalencia de factores de desigualdad y exclusión social; la fragilidad de la implementación del acuerdo de paz entre el gobierno y las FARC; el asesinato sistemático de líderes y lideresas sociales; el aumento de las violencias contra las niñas, niños, jóvenes y mujeres a nivel nacional y municipal; además de los impactos sanitarios y socioeconómicos de la pandemia del Covid-19 y las medidas de cuarentena y distanciamiento social.

Esta gesta comunitaria por la paz y la justicia social continúa y requerirá del aporte de niñas, niños, hombres y mujeres jóvenes, organizaciones comunitarias, procesos artísticos y culturales, colectivos de comunicación popular, grupos de investigación crítica, instituciones educativas, estudiantes, cooperativas solidarias, agentes de política pública, actores de la cooperación política, voluntarias y voluntarios, que como nos lo anunció Gioconda Belli, en su bello poema sobre los portadores de sueños, serán generaciones de “amadores y soñadores, hombres y mujeres que no soñaron con la destrucción del mundo, sino con la construcción del mundo de las mariposas y los ruiseñores”.

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