anfitriona de paz

La iniciativa Medellín anfitriona de paz: 10 propuestas para la construcción de paz territorial urbana, recoge los hallazgos de la primera etapa de los Diálogos Sociales y Políticos promovidos por el Consejo Territorial de Paz, Reconciliación y Convivencia (Conpaz), y profundiza en los elementos y dinámicas coyunturales que se priorizarán en las agendas territoriales con miras al fortalecimiento del Movimiento Social por la Paz y al seguimiento de la implementación del Acuerdo de Paz en contextos urbanos.

En la primera etapa de los Diálogos, se realizaron 22 audiencias públicas con presencia en todas las zonas y corregimientos de la ciudad, incluida la Comuna 1 y la Zona Nororiental. Algunas de estas audiencias tuvieron enfoques poblacionales, sectoriales o temáticos que surgieron a partir de la identificación de necesidades o intereses puntuales de las comunidades. En las audiencias se documentaron 130 problemáticas que se agruparon por similitudes y conflictividades, arrojando cuatro categorías principales: hábitat, vivienda y derecho a la ciudad; arte y cultura para la paz; violencias urbanas; participación e incidencia política.

William Villegas, politólogo de la Universidad Surcolombiana e integrante del Conpaz, explica que este proceso ha permitido generar espacios de escucha, diálogo y participación política donde las comunidades, organizaciones sociales e instituciones públicas se han encontrado para poner en común las problemáticas y necesidades concretas que se tienen en los territorios, brindando un panorama amplio de los retos a los que se enfrenta la ciudad en materia de construcción de paz y de garantías para el acceso a una vida digna. 

“Las generalidades o puntos en común que se iban recogiendo fueron marcando la ruta de a qué le íbamos apostando, y que no se trataba solamente de hacer unas audiencias para que se sentaran a escuchar y dialogar, sino que se pudieran crear rutas de acción y trabajo desde las comunidades que viven la problemática”, argumenta Villegas haciendo énfasis en que la sistematización de la experiencia no se debe quedar solo en un “documento muerto”, y agrega que esta debe apuntar al fortalecimiento de las infraestructuras para la paz, marcando rutas que diseñen agendas locales y focalicen la oferta institucional de acuerdo a las necesidades de cada sector.

De esta manera se busca robustecer un Movimiento Social por la Paz que incida en planes, procesos y proyectos que generen alternativas o propuestas de solución, promoviendo el desarrollo de políticas públicas y las discusiones profundas sobre el modelo de ciudad que se quiere proyectar. Esto mediante la viabilización de “propuestas locales en los Planes de Vida barriales y veredales, donde las mismas comunidades puedan dirigir en autonomía y soberanía el gobierno local, trazando rutas que garanticen su incidencia política en la toma de decisiones y permitan la focalización de la oferta institucional de acuerdo a las necesidades de los barrios”. 

Para el Conpaz, construir paz es una apuesta política que va más allá de la firma de los Acuerdos de La Habana y de la relación directa con el conflicto armado; es también empezar a enunciar otras categorías que tienen que ver con las conflictividades sociales y dinámicas territoriales que conllevan vulneraciones a los derechos humanos.

En las audiencias, por ejemplo, se encontró el incumplimiento de algunos programas institucionales como la cobertura a la demanda de escolaridad o la atención de salud mental; la desconexión de los servicios públicos y las dificultades para el acceso al agua potable en algunos barrios de la ladera; las irregularidades en el loteo de tierras, su relación con los grupos armados y la manera en que se está estructurando la ciudad según el Plan de Ordenamiento Territorial; y los procesos de infraestructura que conllevan desplazamiento intraurbano y obligan a muchas familias a migrar a otra zona del país o a radicarse en los sectores de la ladera, entre otros.

En la segunda fase de los Diálogos Sociales y Políticos que inicia en el 2023, el Conpaz busca darle continuidad al proceso con las mesas de interlocución política, donde se van a recoger y construir propuestas más consolidadas que se aproximen a la tramitación de alternativas de solución y atención a las conflictividades que se encontraron en la primera fase. Sin embargo, para garantizar su trazabilidad es necesario contar con el aval y acompañamiento de la institucionalidad, que es en últimas la que decide cuál es la destinación presupuestal de los proyectos y programas que son priorizados en la oferta institucional, además de ser la encargada de la gestión de leyes y políticas públicas que logran darle legitimidad y vigencia en el tiempo a los procesos. 

Carolina Saldarriaga, Subsecretaria de Construcción de paz territorial de la Secretaría de la No-Violencia de la Alcaldía de Medellín, manifiesta que desde la administración local se ha respaldado y acompañado los Diálogos Sociales y Políticos, y que justamente el decálogo de Medellín anfitriona de Paz recoge 10 puntos claves que ya se han venido trabajando desde la Secretaría.

“La misionalidad de la Secretaría está volcada a acompañar y fortalecer esas propuestas y apuestas, y en esa medida cada uno de los puntos se ha visto construido, materializado y se ha venido impulsando desde los equipos estratégicos que tenemos. Y es una propuesta que incluso se ha avalado en las sesiones ordinarias del Conpaz que preside el señor Alcalde”.

Carolina Saldarriaga.

Saldarriaga reconoce, a grandes rasgos, cuatro retos a los que se enfrenta la institucionalidad para lograr que Medellín sea anfitriona de paz: “la implementación urbana del Acuerdo de Paz con la Unidad de implementación que tenemos en la Secretaría; pensar en cómo dar lineamientos y herramientas a las organizaciones y colectivos que históricamente vienen trabajando y desarrollando procesos de construcción de paz territorial, así como en los escenarios que tenemos que ambientar y tendrán que dejarse garantizados en la ciudad. Finalmente, la aprobación y eventual implementación de la Política Pública de Paz, No-violencia, Reconciliación y No-estigmatización, que va a ser la primera en tener un piloto de implementación”.

Para ella, el nuevo gobierno de Gustavo Petro brinda un panorama favorable para un trabajo que históricamente se ha venido tejiendo y fortaleciendo alrededor de los procesos organizativos y de liderazgo, caracterizados por ejercicios de resistencia y reivindicación misma de las comunidades. “Yo creo que este es un escenario que no experimentaba la ciudad y es que a nivel nacional haya un respaldo y un reconocimiento a esos procesos, y esa oportunidad que estamos evidenciando y avizorando ha posibilitado que en este momento incluso muchas de esas apuestas organizativas, muchos de estos colectivos y movimientos se estén pensando rutas comunes para empezar a tejer propuestas que conduzcan también a que efectivamente Medellín pueda ser anfitriona de paz”.

Al igual que la Subsecretaria, Jonathan Martínez, promotor de juventud de la Corporación Con-Vivamos, reconoce que desde hace varias décadas las organizaciones sociales y comunitarias han jugado un papel protagónico en los territorios como generadoras de espacios y escenarios de construcción de paz, e insiste en que los esfuerzos de la institucionalidad deben estar enfocados en el fortalecimiento de las organizaciones desde su quehacer histórico y comunitario.

“Un escenario de fortalecimiento debe partir del encuentro, reconocimiento y articulación del trabajo social y político territorial que llevan a cabo las organizaciones sociales y comunitarias en perspectiva de construcción de Paz Territorial. Es decir, el movimiento social en la ciudad tiene como reto generar espacios de articulación a partir de las agendas comunitarias y los procesos construidos en los territorios, un ejemplo de ello son los espacios y escuelas de formación alrededor de la memoria barrial y la paz que se han realizado en la Zona Nororiental. Además de las acciones puntuales de movilización, se debe propender por generar y consolidar alianzas y redes de trabajo conjunto”.

Martínez puntualiza en la necesidad de que se continúen desarrollando espacios de participación política comunitaria que fortalezcan las iniciativas de políticas públicas, como es el caso la Política Pública de Paz que está en proceso de elaboración y presentación a la ciudad, y es precisamente uno de los escenarios en los que el Movimiento Social por la Paz tiene mucho qué decir y aportar.

De igual modo, destaca la necesidad de continuar impulsando y respaldando las propuestas que se han construido colectivamente entre las comunidades, las organizaciones sociales y la institucionalidad, como es el caso del proceso de Memoria y paz territorial de la Nororiental; la Mesa Territorial de Protección y Cuidado de la Niñez y la Juventud; y la promoción de Culturas Vivas Comunitarias para la Paz en la ciudad.

Por su parte, Villegas explica que con la intención de seguir tejiendo puentes y alianzas que permitan la tramitación y viabilidad de estas iniciativas, el Conpaz presentó la propuesta de Medellín anfitriona de paz en los Diálogos Regionales Vinculantes que recogen los insumos, planes y proyectos que integrarán el Plan de Desarrollo Nacional 2022-2026. Con esto se busca llevar la experiencia local de Medellín a un escenario nacional que permita situar agendas y proyectos ejecutables en el marco de la ley de Paz Total, impulsada por el gobierno del presidente Gustavo Petro.

Este medio es apoyado parcialmente con dineros públicos priorizados por habitantes de la Comuna 1 – Popular, a través del Programa de Planeación del Desarrollo Local y Presupuesto Participativo de la Alcaldía de Medellín. 

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